El Filósofo amigo del Coco ha perdido un sueño...
Era un sueño frecuente..., amigable..., dulce..., mágico...
Y lo ha perdido.
Ya no sueña con él.
Por eso, está triste.
Ha intentado hallar algún remedio en las obras de Freud...
Pero ha sido en vano.
Freud no sabía nada de los sueños perdidos...
Hay personas que pierden un reloj, una moneda de un país lejano, un estilográfica, una dirección donde debían acudir, el teléfono de otra persona...
Todo se puede recuperar antes o después.
Pero un sueño, ¿es recuperable?
El Filósofo pasa largas horas recordando su sueño, las veces que lo soñó, las imágenes que aún conserva de él en la memoria..., incluso la última vez que lo visitó por la noche...
Y no sabe qué hacer...
Se siente desgraciado.
Quisiera volver a soñar como antes.
Pero no puede.
¡Ah, los sueños, los caprichosos sueños..!
El filósofo pasea por el campo, cabizbajo.
Su sueño preferido no ha vuelto.
Noche tras noche, espera...
Y el sueño no regresa...
domingo, 23 de noviembre de 2008
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