De momento, tenemos la imagen del "buen chico" que ha hecho bien los deberes y se ve recompensado con una presidencia.
Pero no una presidencia cualquiera, de medio pelo, y no miro a nadie, no, sino la presidencia del país más poderoso del planeta.
A lo largo de su campaña, ha ido cortando las mejores rosas para ofrecerlas en brillantes y perfumados ramilletes a sus posibles votantes.
¿Qué pasará cuando tenga que gobernar..?
¿Quedará todo en caldo de borrajas, o, por el contrario, pondrá en práctica sus promesas..?
O, dicho de otra forma, ¿podrá seguir adelante con sus buenas intenciones..?
¡Quién sabe..!
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