Tornan las turbias horas vespertinas
y enturbian el ocaso que pudiera
brillar con otoñales resplandores
llenando de nostalgia la arboleda
que dora el mes de octubre y que desnuda
el viento con sus manos implacables.
Se evade la esperanza tras los montes
y un llanto silencioso de rosales
perfuma la quietud de las estrellas,
ansiosa eternidad tras los cristales.
Hay un dolor oculto entre los sueños
que acechan desde el fondo de la tarde.
El universo interno se conmueve
al evocar de pronto tu voz suave.
(Para Virginia, "Vir", con los saludos amistosos del Coco.)
1 comentario:
GRACIAS
No puedo decir otra cosa...
Besos... y otra vez gracias...
Vir
Publicar un comentario