He salido a dar una vuelta, y caían algunas gotas...,no había casi nadie por la calle.
Una tarde de domingo, lluviosa, no deja de tener algo triste, quizás porque esas pocas horas libres antes de volver a casa y descansar para comenzar la nueva semana, se ven deslucidas, más cortas, aunque las midan igual todos los relojes.
Nunca me he acostumbrado a vivir en una ciudad. Siempre me he sentido como el personaje de "El lobo estepario". Bueno, son divagaciones que no tienen mayor importancia. Hasta mañana.
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