El día 23, por la tarde, estuve en un lugar, que me pareció ireal, mágico, distinto. Quizá fuera por las nubes de tormenta, por la atmósfera o el momento de luz, el caso es que me gustó y conmovió, y eso que he podido contemplar miles de paisajes y atardeceres a lo largo de mi vida.
La verdad es que la fotografía no se corresponde con la realidad, pero !qué le vamos a hacer¡
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