El hospital no sabe que las horas
se han convertido en páramos sombríos.
Lugar de vida y muerte. La esperanza
es una débil llama temblorosa.
Aguardando respuestas que no llegan,
la carcoma del tiempo muerde el alma.
Hay hiedra corrompida en las paredes.
Y un íntimo dolor en cada rostro.
Se dispersa el futuro. Habitaciones
con números que quieren olvidarse.
Conversaciones rotas, imprecisas.
Inquieta soledad acompañada
de gris incertidumbre. Los sentidos
anhelan la imprecisa lejanía.
(Archivo: cuevadelcoco).
2 comentarios:
He entrado por casualidad, pero me ha gustado el poema. Voy a hacer otras catas y tal vez me quede.
Un saludo desde Granada,
AG
Gracias por visitar "la cueva". Y gracias por tu comentario sobre el poema.
Saludos desde Zaragoza!
Publicar un comentario