Aquel mayo de lluvias, amor mío,
apenas se mantiene en el recuerdo.
Como una vacilante hoja de otoño,
que pende de la rama, temblorosa,
esperando que el viento la desprenda.
Tu rostro es una nube pasajera.
Retorna en ocasiones y es distinto.
Y siento que me invade la nostalgia.
Los caminos del parque, solitarios,
recorro en esta tarde, abandonada
al tiempo, corrosivo y despiadado.
Imágenes confusas precipitan
lluvia insana de pétalos marchitos
tornando más confusa mi memoria.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: Mateo Lahoz).
Imagen: Mateo Lahoz).
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