Sierra de Guara.
Cerca de la Peña de San Miguel.
Huyeron, como pájaros sombríos,
las enlutadas nubes del invierno...
En la tibia mañana, un viento suave,
acarició la flor de los almendros...
La estremecida piel del breve río,
anhelaba horizontes. A lo lejos
la imprecisa llanura se perdía
en los brumosos páramos del cielo...
Quizás me hallara yo en tan dulces horas
vagando por caminos polvorientos,
evocando las luces de otros días,
y la miel olvidada de unos versos...
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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