"San José y el Niño".
Obra de Guido Reno.
San José, el humilde carpintero
que pertenecía a la casa del Rey David...
Aceptó a María por esposa,
a pesar de que, como ser humano,
sufrió el tormento de las dudas...
Pero, al final,
aceptó su gloriosa condición
de ser el padre de Cristo...
Y, ciertamente,
fue un padre amoroso y lleno de ternura,
y un esposo intachable,
protector de su familia...
Trabajador incansable,
mientras sus fuerzas se lo permitieron...
¡Qué dulce tránsito el de José...!
Llorado por Jesús y Maria,
abandonó este mundo
consolado y atendido
por dos seres excepcionales:
La Virgen anunciada por los profetas,
y el Portador de la Buena Nueva,
quien, con su mansa entrega,
sacó a la humanidad de sus tinieblas...
José, humilde figura,
que permaneció,
por propia voluntad,
siempre en un discreto
y segundo plano...
Precursor de la primavera,
que se acerca muy deprisa...
¡Que él nos guíe
en el día de nuestro propio transito,
hacia el Reino de la Luz!
(Archivo: cuevadelcoco).
No hay comentarios:
Publicar un comentario