"Puesta de sol en Lavacourt"
Claude Monet.
París, 14 de noviembre de 1840,
Giverny, 5 de diciembre de 1926.
La mirada inquieta,
atenta y observadora de Claude Monet,
no podía permanecer insensible
ante los múltiples matices del invierno.
Monet, uno de los creadores
del movimiento impresionista,
había desarrollado al máximo,
la capacidad de captar y reflejar
hasta las más imperceptibles variables
producidas por la luz.
"Amsterdam bajo la nieve".
"Hacinamiento de rastrojos, por la mañana.
Efectos de la nieve".
Realizó varios estudios
con la misma temática,
sencilla, pero suficiente
para ser objeto de su atención,
y explorar sus posibilidades cromáticas.
"Alrededores de Argenteuil".
"Argenteuil en invierno".
La utilización de la perspectiva,
que evoca al holandés Middelharnis,
contribuye a acrecentar
la sensación de espacio,
la lejanía, bajo la crudeza del invierno.
"Nieve en Argenteuil".
"Vista de Argenteuil en invierno".
"El Sena en Bennecourt, en invierno".
Una obra melancólica,
plena de dulce quietud,
plenamente equilibrada,
al situar la línea del horizonte
en el centro del cuadro.
"La urraca".
Despliegue de tonalidades,
siempre en función,
de la luz y el momento del día.
Una de las obras más conocidas,
cuyo protagonista,
una urraca, posada en la valla,
atrae la mirada del espectador,
y sirve de contrapunto
al resplandor de la nieve.
"Camino a la granja de San Simeón".
Es imposible
dejar de recordar a Brueghel,
al contemplar esta obra.
Monet, resuelve los árboles
con una minuciosidad
que no es habitual en él.
Los pájaros, igualmente,
están trazados con igual precisión,
evitando que deriven en simples manchas.
(Archivo: cuevadelcoco).
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