En cualquier lugar....
ni importa dónde...
Pero allí germinan sus semillas...,
crecen y arraigan...
Basta un poco de tierra
que las sustente...
Y abren sus flores al sol
con alegría...
Porque la vida...,
tanto para plantas
como para hombres...,
es el mejor regalo...
¡Y qué fácil se destruye...!
Haciendo amistad con la hiedra...,
bajo el sol de mayo...
Junto a la calzada,
bajo soles y lunas,
lluvias y vientos...,
sigue adelante...
¿...alguien más
se ha detenido
a contemplarla...?
Las he visto en todas partes...,
en la montaña...,
en el llano....,
al borde los caminos...
Cuando era niño,
solía recoger algunas,
en un pequeño ramo,
que luego colocaba
en un vaso con agua...
Humildes...,
tímidas y frágiles...
Sus pétalos vuelan pronto
en brazos de la brisa...
Una delicada campanilla,
ávida de luz,
de espacio,
de alturas..
Son un ejemplo
de perseverancia...
Allí donde arraigan,
permanecen...
Año tras año...
Sencilla apariencia...
Sólo unos amarillos
para atraer a los insectos...
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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