Es la clásica fotografía,
llegados a la cima...
Avanzar por la cresta, a pleno sol,
en un día de agosto,
tiene algo de heroico,
porque, la verdad,
lo que se respira es puro fuego...
Ascender por la ladera,
es, incluso agradable...
La sombra de los pinos y abetos,
el frescor
que emana de la vegetación...,
ese perfume misterioso
que jamás se olvida...
Todo es familiar...
Un recodo,
una roca,
un hueco entre los árboles,
que permite ver
las montañas del norte...
La cima es engañosa...
Parece que se puede descender
por la ladera sur,
con relativa facilidad,
pero no es así...
Sólo unos metros más allá,
el desplome es considerable,
y peligroso...
Peña Oroel sur.
Tal como puede apreciarse en la fotografía...
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen Oroel Sur: mirarlook/cuevadelcoco).
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