Día 27. 10 de abril, 2020.
Viernes Santo.
Viernes Santo.
Querida abuela: Ya sé que tú, desde la otra orilla, estás en un lugar de paz, de sosiego y de dulces atardeceres estivales... Seguro que sí! Un merecido e interminable reposo, lejos de las amarguras de este mundo...
Lo estamos pasando mal, abuela, muy mal...
La gente cae a cientos cada día, y por más que nos hablen de indicios de mejoría, la epidemia continúa segando vidas.
Abuela, que vives ajena al tiempo, te imagino en una sencilla eternidad, continuación de lo que fueron tus tranquilos últimos años... Si pudieras dejar caer sobre nosotros, unos fragmentos, por pequeños que sean, de esa felicidad interminable en la que habitas, te lo agradeceríamos tanto...!
Los días de visten de sombras, de sombras muy oscuras... Sí, tenemos miedo. No por nosotros, sino por aquellos a los que queremos...
Abuela, siempre fuiste buena conmigo...
Y te echo de menos, a pesar del tiempo, que siempre nos hace olvidar...
Aquí, te llevabas bien con todo el mundo. A ver si le pides a alguien de alli, que nos ayude y nos proteja.
Sé que lo harás...!
Y una vez más, te digo: Te quiero, abuela!!!
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).
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