Cruzamos el verano sin descanso,
Ávidos de caricias infinitas,
Amándonos en tanto que la noche
Una tregua nos daba. Las ardientes
Horas irrefrenables de la tarde
Agostaban el alma con su fuego.
Era el amor un sueño. Madrugadas
Colmadas de pasión y de distancia.
Doradas lejanías insondables,
Azúcar derretido en los jardines.
Cuatro manos ansiosas. Impacientes
Por recorrer la piel y su misterio.
(Archivo: cuevadelcoco.
Ilustración: Mateo Lahoz).
Colmadas de pasión y de distancia.
Doradas lejanías insondables,
Azúcar derretido en los jardines.
Cuatro manos ansiosas. Impacientes
Por recorrer la piel y su misterio.
(Archivo: cuevadelcoco.
Ilustración: Mateo Lahoz).
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