Los gatos del vecindario.
Fotografía realizada en la primavera de 1970.
Jaca.
Desde la otra orilla del tiempo,
me contemplas,
con expresión amistosa...
Solías venir,
solo o acompañado
por tus colegas de patios,
tejados y corrales,
cercanos jardines,
y recónditos huecos,
donde pasar las siempre
crudas y desapacibles
noches invernales...
Y venías,
en busca de unas sobras,
que siempre te guardaba...
Eras tranquilo y sociable...
Me permitías acariciar tu piel,
tu cabeza felina,
y, alguna vez,
subías a mis rodillas,
cuando, sentado en la terraza,
leía yo algún libro,
disfrutando del sol,
antes de volver
a las clases de la tarde...
Un día yo me fui,
y ya no volví a verte...
Puede que me buscaras,
pero estaba muy lejos...
Hoy, desde esta orilla,
sólo quiero pedirte,
que el día que yo cruce,
salgas a mi encuentro...
Y nos perdamos, caminando,
sobre tejados celestes,
por jardines perfumados,
o nos detengamos,
a evocar viejos tiempos,
en eternas y soleadas galerías...
Desde la otra orilla del tiempo,
espérame, que un día,
no habrá para nosotros
ni tiempo ni distancias...
(Archivo: cuevadelcoco).
Jaca.
Desde la otra orilla del tiempo,
me contemplas,
con expresión amistosa...
Solías venir,
solo o acompañado
por tus colegas de patios,
tejados y corrales,
cercanos jardines,
y recónditos huecos,
donde pasar las siempre
crudas y desapacibles
noches invernales...
Y venías,
en busca de unas sobras,
que siempre te guardaba...
Eras tranquilo y sociable...
Me permitías acariciar tu piel,
tu cabeza felina,
y, alguna vez,
subías a mis rodillas,
cuando, sentado en la terraza,
leía yo algún libro,
disfrutando del sol,
antes de volver
a las clases de la tarde...
Un día yo me fui,
y ya no volví a verte...
Puede que me buscaras,
pero estaba muy lejos...
Hoy, desde esta orilla,
sólo quiero pedirte,
que el día que yo cruce,
salgas a mi encuentro...
Y nos perdamos, caminando,
sobre tejados celestes,
por jardines perfumados,
o nos detengamos,
a evocar viejos tiempos,
en eternas y soleadas galerías...
Desde la otra orilla del tiempo,
espérame, que un día,
no habrá para nosotros
ni tiempo ni distancias...
(Archivo: cuevadelcoco).
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