Señora Díaz:
Han pasado, tristemente para usted,
los tiempos en que estaba en olor de multitudes,
los "días de vino y rosas"...
Ahora se enfrenta con la soledad...
Con esa soledad,
que, sin duda,
le produce más de una noche en blanco...
Nada más lejos de mi intención
que alegrarme de ello...
En el Palacio, sede de su Gobierno,
creo que ha de encontrarse incómoda...
No tanto por la amplitud
del espacio que provisionalmente ocupa,
sino por las asechanzas,
que, según usted,
"paralizan la marcha y el avance de Andalucía"...
Tampoco me parece correcto
que hable de obstruccionismo...
Y ahora..., la pregunta difícil:
Esa paralización..., ese obstruccionismo...,
¿se refieren a su preocupación
por su comunidad autonómica...?
¿O se refieren a Ud.,
que no ve cumplido su objetivo,
y su clarísimo deseo,
de ser Presidenta por decisión de la Cámara...?
¡Ya está dicho...!
¡Y qué ancho se queda uno...!
Es fácil culpar a los demás...
La Psicología Social,
define,
como "error ´último´ de atribución",
al hecho de culpar a causas externas
los resultados negativos obtenidos por el propio grupo...
Y al revés...
¿Ha estudiado en colegio de monjas,
por casualidad...?
Ya que estos centros aplican el caso
pero que muy a la perfección...
Si todo sale como es debido...,
"es que las monjas lo hacemos todo muy bien...",
si no...,
"es la voluntad de Dios..."
No hace usted otra cosa,
que cargar con la responsabilidad
a los grupos que dificultan su investidura...
¿Se ha parado a pensar,
si la causa es usted misma,
acrecentada por las posiciones a las que se aferra...?
"Si Andalucía va mal,
yo me lavo las manos", viene a decirnos.
¡Que carguen otros con el marrón!
Señora..., ¡seamos serios!
Que lo de hacer comulgar con ruedas de molino,
ya es impracticable...
Lo que ocurre,
y se lo digo sin más,
es que usted no muestra ni asomo
de voluntad de renovación...
Y, claro...,
¡así le va...!
Además, cae en la ingenuidad,
impropia de un político/a,
de asegurar que "después de la investidura...,
lo que ustedes quieran..."
¡Vamos...!
¡Que ya no hay políticos que se chupen el dedo...,
y no se fían...
Es como el Sr. Zapatero,
respecto al cambio de la Ley Electural...
"Primero, las elecciones...,
luego..., el cambio de dicha Ley..."
¡Otro que tal...!
Si el Sr. Zapatero hubiera tenido la boca cerrada,
no sólo en ésta,
sino en muchas más ocasiones...
En fin, Sra. Díaz...,
así va camino de unas segundas elecciones...
¡Renovarse o morir!
Y camino va de un defenestramiento político,
como no cambie de actitud...
Cosa que me parece no va a suceder...
¡Genio y figura...!
Lo malo es que su terquedad,
no la va a conducir por buen camino...
En fin, con su pan se lo coma...
Reciba mis más respetuosos saludos,
que lo cortés, no quita lo valiente.
(Archivo: cuevadelcoco).
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