Perfume inimitable de una rosa...
Bálsamo para el alma dolorida...
¡Ay, nadie como tú..., la vieja herida,
suavizas con tu esencia milagrosa...!
Recuerdos de un jardín, de la amorosa
presencia de una madre, ya dormida
en dulce sueño eterno, y acogida
por otra rosaleda venturosa...
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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