Allí estaba...,
tan tranquilo,
sobre la flor silvestre,
todavía sin abrir...
Meditando al sol...
¿Por qué no van a poder meditar
los insectos...?
¡Están en su derecho...!
Impasible...
No se había movido...
La quietud de la tarde...,
sin ningún viento,
ni siquiera una leva brisa...
Todo a su tiempo...
Sin prisa ninguna...
Quizás,
la próxima vez,
ya se haya desplegado...
Y allí seguía...
La tarde,
espléndida,
luminosa...,
incluso tibia...,
parecía agradarle...
Y el sol,
ese bendito sol...,
tras los días oscuros
y lluviosos...
Un detalle
de nuestro amigo...
Que seguía
en su estado
de beatífica quietud...
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
1 comentario:
Animalico
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