...todo huele mal...
!Y es que no se ventila...!
Nada más aparecer la primera imagen en la pantalla del televisor,
nos sentimos agredidos por las acostumbradas noticias,
si así pueden llamarse, sobre corrupción, desvío de capital público,
más corrupción, desacuerdos, descréditos...
¿Esto es España...?
¡Ya no lo sé...!
Creí que nunca llegaría a decirlo,
pero... ¡dichosos los tiempos de mi juventud...!
El país estaría mejor o peor, pero era un país...
Nuestro país...
Y no es nostalgia...
Es impotencia...
Esta tierra nuestra, que ya no se sabe cómo llamarla,
ha entrado en su Edad Media particular...
¿Dónde está la autoridad...?
Dónde está el orden...?
¿Dónde está la seguridad...?
¡Ay, que desgraciados somos...!
!Y qué solos nos sentimos...!
El ciudadano ya no tiene a nadie que vele por él...
El ciudadano se ve a sí mismo como sospechoso...
El ciudadano está adquiriendo un inexplicable complejo de culpabilidad...
Porque la presión estatal es cada día más intensa, más fuerte, más insoportable,
de tal modo que da miedo salir a la calle...
No sea que pisemos en la acera equivocada y nos claven una sanción...
España huele a cerrado...
Y es que son siempre los mismos...
siempre las mismas y repelentes caras las que nos contemplan
y a las que contemplamos...
Igual da su procedencia...
Siempre los mismos...
No se respira aire nuevo...
Todo está cubierto por el polvo de la apatía,
de la dejadez, del desencanto...
Y es que nos vamos a fosilizar a este paso...
Los eternos dinosaurios del poder,
no cambian,
ni cambiarán...
Seguirán con sus trapacerías,
hasta que les caiga una teja que les abra el cráneo,
resbalen con una piel de plátano y se rompan la crisma,
o los parta un rayo...
Pero no tendremos esa suerte..., no...
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