¡Qué lejos quedan aquelos cines, aquellas salas
donde contemplábamos, asombrados,
tanto las grandes superproducciones,
como las películas de reestreno,
o de serie B...!
¡Y pensar que no volverán nunca...!
¡Ay, el cine del colegio, con sus "cortes" que ocasionaban
un fragor de silbidos...!
Los paquetes de pipas, que eran de papel, y que,
por un módico precio, acompañaban la proyección...
El regaliz, fuerte, áspero...
Y la aventura de vivir otras vidas en la pantalla...
¡Oh, cuando llegaba el salvador séptimo de caballería...!
Gritos, aplausos, y un suspiro de alivio
al ver salvados a los héroes de turno...
Las películas de "miedo", donde, efectivamente, se pasaba miedo,
y no estaba la mano fuerte y segura de papá,
ni el brazo de mamá, donde refugiarse del monstruo...
El miedo lo pasábamos solos...
Alguna vez, mirábamos a nuestros compañeros de sesión,
y al ver su cara angustiada, pensábamos que nosotros,
no debíamos de estar muy lejos de sentir lo mismo...
¡Y las películas "de risa"...!
¡Buenooooo...!
La sala entera se desternillaba, con las historias
del "Gordo" y el "Flaco", o sea, Stan Laurel y
Oliver Hardy...
Buster Keaton...
Harold LLoyd...
No digamos ya los melodramas...,
que nos hacían asomar algunas lagrimillas,
de las que luego nos avergonzábamos...
Pero se notaba al salir, que algunos,
habían llorado...
Ya, un poco más crecidos,
las salas de verdad...
Comenzaba la proyección,
y se hacía el silencio...
Los acomodadores, tenían verdadera autoridad...
Incluso había un vigilante con gorra de plato en los lavabos...
¡El cine nos enseñó tantas cosas...!
La emoción de ir al cine pro primera vez con la chica
que nos tenía el alma en vilo...
Aquellas manos que se unieron por vez primera...
Y acaso un beso furtivo...
¡Hace tanto tiempo...!
Y ahora, todo tiende a desaparecer...
Las salas de proyección van cerrando,
una tras otra,
y cuando llegue el temido IVA,
alcanzando cotas de escándalo...,
¿quién irá al cine...?
Viejos cines, que ya no existen...
Viejos cines que fueron elegantes salas en su día...
Que nos transmitieron mucho más de bueno que de malo,
porque el cine contenía valores humanos,
lecciones de convivencia,
mensajes de esperanza...
¡Una época que ya no volverá...!
(Imagen: "Interior de un cine", pintura de Edward Hopper).
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