La Casa del Libro,
debiera llamarse Casa de la Amabilidad...
Es un goce entrar en este establecimiento,
en busca de un título o un autor,
y sentir el interés que demuestran sus emplead@s,
a quienes yo llamaría colaboradores literarios del lector...
Su buen ambiente,
el agradable y amabilísimo trato,
sus acertadas sugerencias...
Su capacidad para hacerte sentir cliente VIP...
Me gusta ir en busca de aventuras a La Casa del Libro...
Porque la búsqueda de un título, a veces,
depara el encuentro con otro igualmente interesante...
Y si no se encuentra,
son capaces de remover Roma con Santiago,
con tal de complacerte...
Es estos tiempos duros, crispados,
de violencia contenida, de soterrados conflictos sociales,
este Establecimiento es un remanso de paz...
Y doy las gracias porque existe,
porque en momentos difíciles,
o, tras un día agotador,
la calma que se respira, el aura de paz
que llena este recinto,
es un alivio para el pensamiento...
Sigan así, que lo necesitamos...
Gracias de nuevo a La Casa del Libro,
que, para mí, es la Casa de la Amabilidad,
de la cortesía, del trato ejemplar hacia el visitante,
y de la total entrega con tal de satisfacer una petición...
¡Felicitaciones..., y muchas gracias!
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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