Hoy, Sábado Santo, o Sábado de Gloria, como me enseñaron a nombrar este día, cuando era niño, "Jerbete", el jerbo de reluciente pelo negro, inquieto, travieso y simpático, ha muerto. Cuando he ido a retirar su jaula, para entrarla al salón, pues se estaba haciendo de noche, he comprobado, con tristeza, que estaba rígido y frío...
"Jerbete", no se dejaba coger, no le gustaba... Pero acudía cuando le colocaba lechuga, fresca y tierna, cuando le daba alguna galleta... Si estaba dormido, solía despertarlo soplándole suavemente... Y, enseguida, se ponía en dos patas, mirándome...
¡Cuánto hemos querido a "Jerbete"...!
Nos ha acompañado, hemos oído sus pequeños ruidos nocturnos... El rumor cuando roía el pan seco...
Tenía una rara habilidad: Se hacía su nido con papel de periódico, que cortaba en pequeñas tiras uniformes... Y así, se construía el nido...
Ha sobrevivido al invierno, pero hoy, nos ha dejado..., precisamente ahora, que la primavera ha cumplido un mes y dos días...
¿Dónde se habrá ido su espíritu inquieto...?
¡Quién sabe...!
¡Adiós, "Jerbete"...!
Nos acordaremos de tí...
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