Al Filósofo no le gustan las fiestas.
Quizá en su infancia encontró en ellas cierto atractivo.
Ahora, prefiere la tranquilidad, la calma, el silencio, la soledad...
Las fiestas significan una interrupción de la vida cotidiana.
Sin embargo, el Filósofo no se opone a que los demás disfruten de ellas.
Pero ahora quiere vivir tranquilo...
Le agobian las muchedumbres...
Se siente molesto en las aglomeraciones...
Por eso, hace tántos y tántos años que no participa de los festejos populares.
Hoy, a ido a visitar a su amigo el Coco, y pasarán el día juntos.
Hablarán de muchas cosas, leerán algún libro, y, al atardecer, el Filósofo regresará a su casa...
Mientras, las fiestas seguirán su curso...
Y terminarán, como es natural...
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