Ayer por la noche llovía. Era una lluvia suave, que no duró mucho. Hoy ha amanecido nublado, un día oscuro de septiembre. (Al Coco le gusta la lluvia. Se sienta a la entrada de su cueva y permanece allí contemplando cómo cae el agua de las alturas. Dice que la lluvia le ayuda a pensar. El Coco quisiera recordar cómo era antes de ser coco. Pero ni contemplando las gotas de agua lo consigue.
La leyenda dice que quien cruza el río Leteo, o bebe de él, olvida su vida anterior. ¿Habrá cruzado el Coco su cauce, o probado sus aguas? ¡Quién sabe..! El caso es que el Coco, no consigue recordar... Por más que lo intenta, no recuerda nada... Alguna vez, un atisbo, una imagen fugaz que desaparece inmediatamente... Y se queda como estaba...).
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