Recuerdos de lejanas amapolas.
El dulce sol de mayo en la llanura
acariciando mieses ondulantes.
La grata primavera fugitiva,
apenas tuvo tiempo de posarse
sobre las rosaledas de mis sueños.
Soñolientos jazmines. El ocaso
ha dorado tu rostro adolescente.
Mas todo son imágenes pasadas.
Sólo sombras dormidas que se fueron
en las alas del tiempo. La implacable
arena que señala cada día,
sigue cayendo, ajena a mi tristeza,
que oscurece las tardes otoñales.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).
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