miércoles, 17 de junio de 2020

Confesiones.











Soñé con campos llenos de amapolas,

y no fue más que un sueño. Llegué tarde.

Sentí la soledad en los caminos,

crepúsculos ausentes y nostalgia


de aquellas primaveras que se fueron.

Se ha despedido mayo con tristeza.

Y cuando ya rozamos el verano,

quisiera desandar horas oscuras.


Las golondrinas tiemblan, inseguras,

la hiedra se repliega y ya no avanza

por los muros dormidos. Ruiseñores


marcados por el miedo, ya no lanzan

su amorosa pasión a las las estrellas.

La noche es un cristal de llanto y hielo.














(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).

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