sábado, 6 de junio de 2020

Confesiones.









Tarde de viento en la llanura.
Contemplo el oleaje de la hierba,
que ya amarillea.

Este año, oh, tristeza!,
las amapolas,
que tanta alegría me daban,
se han ido,
ya no están.

Hubiera querido verlas,
perdiéndose
en la distancia de los trigales.

He llegado tarde,
demasiado tarde.

El viento,
balancea la hierba.
A veces, parece de plata.

El sol desciende.
Pasan las nubes,
sobre los montes bajos.

Y siento algo,
algo que no sé qué es.
Como una tarde de domingo,
que termina,
que se va consumiendo.














(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).


























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