Cuándo fue la última vez...?
Ya no lo recuerdo...
Pero, en mi infancia,
los gallos, con su canto,
anunciaban el nuevo día.
En la garita de la terraza,
teníamos gallos, gallinas,
consejos y palomas.
Y unos cuantos patos.
Uno de los gallos,
era un espléndido ejemplar,
caracterizado por su mal genio,
siempre tendente
a picotearte las manos.
Sólo se dejaba acariciar por mi abuelo,
y hasta aceptaba
los granos de trigo que le ofrecía.
Hace ya mucho tiempo...!
(Archivo: cuevadelcoco).
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