Envuelto en el tumulto de los días,
acaso no percibas que mi cauce
se va debilitando lentamente...
Su rumor no es el mismo. Las orillas
cada vez más angostas, no contienen
la fuerza del caudal que en otro tiempo
llenara con su canto los ocasos...
El manantial se agota. Sobre el agua
hojas amarillentas se deslizan,
resignada quietud, postrero viaje,
hacia la indefinible lejanía.
El otoño preludia densas sombras.
Mi sed de sueños siento ya calmada,
en tanto se presiente la otra orilla.
(Archivo: cuevadelcoco).
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