Hay calles donde el sol pasa deprisa.
Apenas si dedica unos instantes
a recubrir sus muros de alegría.
Pero es tan breve el tiempo en que relucen,
que apenas se despiertan de su sueño...
Calles para el estío, en los ardientes,
lentos y abrumadores mediodías...
Su acogedora sombra es una tregua
antes de acometer el ciego asfalto,
que transpira su oscura incandescencia.
Los vientos del invierno las recorren
rozando con sus dedos los portales.
Calles deshabitadas, sin historia
en sus breves trayectos olvidados.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
Su acogedora sombra es una tregua
antes de acometer el ciego asfalto,
que transpira su oscura incandescencia.
Los vientos del invierno las recorren
rozando con sus dedos los portales.
Calles deshabitadas, sin historia
en sus breves trayectos olvidados.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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