Llegan tan indefensos y asustados...!
Y su mirada tiene algo de triste incertidumbre...
Te miran y te conmueven...
Son tan pequeños...!
Se refugian en nuestros brazos,
piden cariño a todas horas,
y ronronean, agradecidos...
Poco a poco, se hacen a nosotros,
exploran la casa,
husmean por los rincones...
Se duermen en ese viejo jersey
que hemos colocado en el sofá
para que se sientan cómodos y calientes...
Si tienen hambre,
su maullido, débil y corto,
nos lo hace saber...
Comen y se vuelven a su sitio,
y mientras...pasan los días...
Cuando nos damos cuenta,
se están convirtiendo en adultos...
Crecen tan deprisa...!
Y sonreímos, mirando hacia atrás,
sintiendo la nostalgia de aquel breve tiempo
en el que fueron una bolita de pelo,
hecha un ovillo, muy cerca de nosotros...
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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