Romancillo otoñal.
Los solitarios caminos,
llevan a la lejanía...
El horizonte se pierde
tras la neblina sombría...
Con el paso de los años,
la memoria se vacía
de aquellas ensoñaciones
que eran la luz de otros días...
Silentes sendas de otoño,
la esperanza, fugitiva,
hace tiempo que se fue...
La ingrata monotonía
donde mi alma se apaga,
llena de melancolía
las largas horas de insomnio,
antes de la estremecida
claridad de los albores,
que rasgan la amanecida.
Y espero que a mi regreso,
haya una luz encendida,
en medio de las estancias
donde transcurre mi vida...
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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