La pintura occidental,
habrá pasado por diferentes momentos,
creado distintas tendencias,
pero jamás ha igualado
a la pintura china,
en sutileza,
en gracia expresiva,
en espontaneidad...
Porque el pintor chino,
vibra con el paisaje que contempla,
se funde con él,
a lo largo de viajes,
en busca de lugares sugerentes...
Luego,
en la quietud de su taller,
rememorará
todo cuanto ha almacenado en su memoria...
Además,
el inigualable trazo,
se debe a la utilización del pincel
para el arte caligráfico...
Y así,
convertirá su forma de hacer
en una caligrafía de las formas...
Los artistas clásicos chinos,,
desdeñan lo superfluo,
sugieren,
no indican,
por eso,
sus creaciones tienen algo de mágico,
de irreal...
No suelen ser pródigos
en alardes cromáticos...
Pocos son los colores que utilizan...
Sin embargo,
son capaces de captar
esos imposibles matices de las lejanías,
y dar fuerza suficiente a los primeros planos...
Pablo Neruda,
afirmaba que el pueblo chino,
es incapaz
de dejar de producir belleza,
en cualquiera de sus manifestaciones...
A pesar
de todas las difíciles situaciones
por las que ha atravesado...
(Archivo: cuevadelcoco).
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