Después de la tormenta...,
todos confiamos
en que el horizonte se abra,
en que el horizonte se abra,
que allá, a la lejos,
brille una luz esperanzadora...
Pero..., tras la tormenta electoral,
el horizonte sigue oscuro, muy oscuro...
Todos los españoles,
esperábamos,
independientemente de nuestra ideología,
una estabilidad, que permitiera seguir adelante...
Nos daba ya la mismo su color...
Acudimos a las urnas,
depositamos nuestros votos,
y, esa misma noche,
¡oh, decepción!,
nos encontramos con una España,
si es que aún puede llamarse así,
en situación de desgobierno...
Decepcionados estamos todos,
cabreados, hablando en plata,
y viendo que podemos ir a peor...
A mucho peor...
El caso es que nos han oscurecido,
pero con saña,
unas Navidades,
que pensábamos,
serían las más optimistas,
tras varios años de pesadumbres...
Dejo de creer en la política y en los políticos,
dejo de creer en todo lo que signifique o huela,
a partidos, grupos, ideologías,
programas, proyectos,
promesas,
y verborreas de buenas intenciones...
Los partidos, sólo se quieren a sí mismos...
El ciudadano no cuenta ya....
De la España pobre,
a la pobre España...
El horizonte...,
¡quién sabe cuándo se abrirá...!
Y si se abre,
que no sea para ver más tinieblas...
¡Amén!
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
No hay comentarios:
Publicar un comentario