Hacía frío esta tarde,
cuando he salido,
cámara en mano,
con intención
de recoger algunas imágenes...
El río, quieto,
apenas estremecido
por un viento cansado,
mostraba un color verde-grisáceo,
agua heladora
bajo esa niebla,
que sigue ocultando el sol,
desde hace ya demasiados días...
La Basílica,
parece ir perdiendo nitidez...,
seguramente,
la cubrirá la niebla nocturna...
Es hermoso
el tono
entre castaño y cobrizo,
de los árboles de la avenida...
Esta zancuda,
que, sin duda,
busca algún bocado apetecible,
parece no sentir el frío...
Y evoco,
involuntariamente,
a Hokusai,
a Kawabata,
incluso al más reciente,
Murakami...
Quizá sea,
lo más brillante de la tarde...
Digna de un pincel oriental,
sobre una seda,
delicada y tenue...
¿Habrá encontrado algo,
como diría el antropólogo Marvin Harris,
"bueno para comer"...?
Un gesto dubitativo...
Luego...,
antes de que pudiera darme cuenta,
ha levantado el vuelo...
Ese querido puente,
el "Puente de Piedra",
que tantas veces he cruzado,
¡como todos!,
a lo largo de los años...
¡Qué difícil es construir,
y qué fácil demoler...!
El frío me helaba las manos...
He guardado la cámara,
me he puesto los guantes,
y, tras una última mirada,
el regreso a casa...
(Archivo: cuevadelcoco.
Imágenes: mirarlook/cuevadelcoco).
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