las mieses del recuerdo
en la penumbra quieta
de una tarde de invierno.
Acariciaba soles
con mis ojos hambrientos
de cálidos crepúsculos
y caminos desiertos.
Sólo alguna amargura
turbaba mis ensueños,
murmullos de tus labios
que se llevaba el viento.
(De "Jardín interior").
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