(Del diario del Filósofo, amigo del Coco).
"...cuando llega diciembre, esos días, ese espacio de tiempo anterior a la Navidad, es cuando mejor me siento interiormente... Es como...un remanso de paz..., una tregua para el espíritu...
Porque son días para la meditación..., para el reencuentro con uno mismo...
Siempre lo he sentido así...
No, no me disgusta la Navidad...
Pero tiene sus inconvenientes...
Si fuera una Navidad más íntima, más "esencial", más recoleta...
Pero no... Se confunde, lamentablemente, con una sobreabundancia material...
Existe una alegría fingida...
¿Y si yo estoy triste, o nostálgico, o pensativo, en Nochebuena...?
¿Habrá quien sea capaz de comprenderlo...? No lo sé...
Y, claro, te ponen la etiqueta de aguafiestas, de raro, de..., para qué seguir...
Entretanto, disfruto de los días previos...
Hasta el tiempo parece detenerse, o dilatarse...
Y es que el espíritu desea paz...
Un alto en el camino...
Volver sobre nuestros pasos...
¡Ay, la Navidad...!
¡En qué se ha convertido...!
Poco ambiente navideño se respira este año...
Veo rostros apesadumbrados...
Miradas tristes...
¿Qué está ocurriendo...?
Dentro de diez días, este silencio interior correrá el peligro de romperse...
Pero no por la llegada de la Navidad...
Sino por lo que se ha hecho de ella...
Creo que el día 24, lo pasaré con el Coco...
Y será una Nochebuena inolvidable...
Hablaremos hasta que el sueño llegue..., y soñaremos con las Navidades de nuestra infancia...
Puede que el Coco, como regalo, recupere un recuerdo...,aunque sea uno solo...
Porque me gusta verlo feliz..."
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