Ocho meses y agunos días más, ha permanecido el Primer Ministro Japonés, Yukio Hatoyama, al frente de su gabinete.
Ha dimitido por una promesa incumplida...
No ha logrado que EEUU abandonara la base que ocupan en Okinawa...
Bien, pues ha dimitido...
Ha sido consecuente y ha reconocido su impotencia para lograr un objetivo prometido al pueblo japonés.
¿Quién dimite aquí?
Nadie, absolutamente nadie...
Ya pueden darse nuestros políticos el mayor de los patinazos, que se agarrarán a un clavo ardiendo con tal de recuperar el equilibrio y seguir en el cargo...
Ya pueden tener sobre su cabeza, acusaciones sobre malversación, corruptelas, y otros asuntos sórdidos, derivados del uso y abuso del poder, por parte de nuestra hedianda clase política...
Ya pueden sufrir reveses electorales cataclísmicos, que no dimiten...
Bueno..., el caso es que ahora estamos bajo la férula de un gobierno difunto...
Pero nadie dimite...
Y se complacen en anunciar que seguirán hasta el final...
¡Vamos, que la desvergüenza es notoria...!
En eso, seguimos dando una imagen tecermundista, una imagen de lo más lamentable frente al mundo...
Pero..., ¡qué importa!
Hay que gobernar, aunque sea mal.
Hay que gobernar, contra viento y marea.
Hay que gobernar, aunque el país entero clame pidiendo elecciones anticipadas.
Claro, que..., por si alguien todavía no se ha enterado..., ¡esto es España!
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