Sin que haya ninguna duda, esta obra de Grünewald es la máxima representación del arte religioso de todos los tiempos. Los expresionistas, consideraron a su autor como su antecesor en la nueva tendencia, a la que se adhirieron pintores de la talla de Edward Munch, James Ensor,
Georges Rouault, Paul Klee, Oskar Kokoschka, Otto Dix o George Grosz...
Si hubiera que salvar cinco obras de arte, esta sería la primera, sin discusión posible...
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