"La primavera".
Alessandro Felipeppi, "Botticelli".
En esta obra, llena de simbología,
podemos hallar varios elementos mitológicos.
Los más destacables, son los vientos.
Hay frases y expresiones que han caído en desuso,
quizá porque son sustituídas por otras,
o puede que ya no correspondan al hablar cotidiano.
Una lengua, un idioma,
es algo vivo, que evoluciones
y nunca permanece estático.
A los cuatro vientos...
"Lo gritó a los cuatro vientos..."
"Lo anunció a los cuatro vientos..."
"Se propagó a los cuatro vientos..."
Y muchas más, usando a los vientos
como divulgadores ,
acaso portadores de un hecho o suceso...
Pero...¿quiénes eran esas cuatro rachas tan famosas...?
Bóreas, en primer lugar,
traía y sigue trayendo el frío viento invernal.
Fuerte y violento, su nombre significa devorador.
Tuvo dos hijas con Erectea,
Quione, o nieve, y Aura, brisa.
Su violencia ha sido evocada por todos los poetas,
desde el mismísimo Homero.
Euro, que viene del este,
es quien trae el calor y las lluvias de verano.
Noto, viento del sur,
portador de las lluvias de finales de verano,
y también las del otoño.
Finalmente, Céfiro, que sopla desde el oeste,
y lleva consigo las suaves brisas primaverales.
¡Que tardarán en llegar...!
Cuando vivía en la pequeña ciudad,
cerca de las montañas del norte,
y cuando en invierno se iba alejando,
de pronto, llegaba Céfiro.
Suave, dulcemente perfumado,
arrastrando consigo el perfume de los arbustos en flor...
No siempre era puntual...
Podía adelantarse a finales de febrero,
o retrasarse hasta bien entrado mayo...
Siempre era bienvenido...
Y con él, la esperanza de días soleados,
de tímidas hojas en los árboles,
y de agradables mediodías...
(Archivo: cuevadelcoco).
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