Navego madrugadas de febrero,
mientras la luz del alba va ganando
más espacio a las sombras invernales.
Nos visitó la nieve. Y otros tiempos
volvieron sin quererlo a mi memoria.
Las calles desoladas y sombrías,
invadidas de espesa niebla amarga,
rechazan la presencia de un extraño
ansioso de dormir igual que un niño.
Hace tiempo que el sueño ya no existe.
Huyó de mí su grata compañía.
Los días me mantienen prisionero
en su doliente y gris monotonía.
Nostalgia de olvidadas primaveras.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).
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