Atardecer en la llanura.
Los campos,
huérfanos de trigales y amapolas,
soportan el sol de agosto.
El viento no atenúa el calor.
Puede que llueva esta noche.
Pero las nubes no han llegado.
El camino, árido y polvoriento.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imágenes: mirarlookcuevadelcoco).
No hay comentarios:
Publicar un comentario