Querida abuela...!
Te fuiste en esos momentos
entre la tarde y la noche,
de un día como hoy...
Hace ya tantos años...!
Cruzaste a la otra orilla,
en paz, sin una queja...
Con tus ojos cerrados,
tu rostro tranquilo,
mansamente resignado...
Se apagó tu pequeña llama,
se consumió lo poco, muy poco,
que quedaba de tu vida...
No pude llorar aquella tarde...!
No pude...!
El llanto vendría después...
Pasaron los dias,
y un anochecer de mayo,
sentado frente al valle,
mientras el cielo
se teñía con los replandores del ocaso,
mis lágrimas, por fin, fluyeron...
Y con ellas,
las horas oscuras,
tan llenas de angustia,
fueron haciéndose más soportables.
Todavía conservaba,
algunos fragmentos de tu voz,
que dulcificaban
sueños y despertares...
Hoy, esta llama,
que ha permanecido encendida
durante varias horas,
ha sido lo único
que he sabido ofrecerte...
Abuela,
parece que las lluvias se alejan...
Está muy cerca mayo,
y quisiera ir a verte un día,
cuando los campos
se encuentren en todo su esplendor...
Te quiero, abuela!
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
Pasaron los dias,
y un anochecer de mayo,
sentado frente al valle,
mientras el cielo
se teñía con los replandores del ocaso,
mis lágrimas, por fin, fluyeron...
Y con ellas,
las horas oscuras,
tan llenas de angustia,
fueron haciéndose más soportables.
Todavía conservaba,
algunos fragmentos de tu voz,
que dulcificaban
sueños y despertares...
Hoy, esta llama,
que ha permanecido encendida
durante varias horas,
ha sido lo único
que he sabido ofrecerte...
Abuela,
parece que las lluvias se alejan...
Está muy cerca mayo,
y quisiera ir a verte un día,
cuando los campos
se encuentren en todo su esplendor...
Te quiero, abuela!
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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