"Murió la Verdad".
Aguafuerte.
Francisco de Goya y Lucientes.
No puedo evitarlo...
Pero si hay algo que me molesta
de los partidos de izquierda,
sobre todo de los más radicales,
es el pertinaz intento de presentarse,
y lo hacen siempre,
cómo paradigmas de la honradez,
adalides ante la corrupción,
y poseedores de la verdad.
Pues no es así, no...
En cuanto a honradez, tengo mis dudas...
Y bien justificadas,
que es mejor no sacar a colación,
porque es algo que ha quedado patente...
Como rompedores de lanzas
ante la corrupción,
no puedo por menos
que sonreír con ironía...
Y en cuanto a la verdad...,
ahí es donde más duele...
La verdad no pertenece a nadie!
No es patrimonio de ninguna ideología!
Utilizar "la verdad" como instrumento político,
puede conllevar y conlleva,
el uso de la mentira
para conseguir unos fines.
Históricamente,
es una táctica muy arraigada.
Es la actitud, esa actitud prepotente,
de intentar aparecer tan puros y castos
cómo se presenta el primer sol de la mañana.
Luego, ay, luego...!,
aparcan sus ideales,
de los que sólo queda
el barniz que los recubre.
Pablo Neruda,
en ese libro que nos emocionó,
allá por 1975,
habla de cómo los revolucionarios,
los líderes que llegan al poder
con ansias de renovadora justicia,
enseguida olvidan sus sanas intenciones,
se relacionan con el capitalismo,
que tan fieramente denigraban,
y terminando casando a su prole
con herederos de grandes fortunas,
y, si se tercia, con la nobleza.
Aquí, hay ejemplos de lo mismo...
Y más vale no meneallos!
La verdad...la sufrida verdad...!
Dónde se halla ahora...?
(Archivo: cuevadelcoco).
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