Hace no demasiado tiempo,
y si hemos de creer en la teoría de la relatividad,
pues aquí sí que me pierdo...,
y el tiempo se me escurre entre los dedos,
como aquellos calamares
que tan bien guisaba mi abuela,
y que me gustaba sentir su tacto,
pringoso y resbaladizo...
Hace no demasiado tiempo,
aún deambulaba por las librerías,
en busca de...
Sí, era en busca de, a la aventura,
cuando los sábados por la tarde,
me asomaba a ésas, mis librerías preferidas,
en las que, casi siempre,
se producía el milagro de hallar algo,
tan intensamente atractivo y seductor,
como para llenar largas horas nocturnas,
que debiera de haber dedicado al sueño,
según el parecer de mi madre,
a quien ya no contaba esas gratas lecturas...
De vez en cuando, daba con un libro "distinto",
atractivo, no sólo por título y autor,
sino también por una serie de cualidades,
tales como el hecho del año de edición,
de la editorial, de su encuadernación,
bien en rústica, bien en tapas duras,
pero siempre distribuído en cuadernillos...
Luego, su olor, ese indefinible olor
a papel que ha pasado tiempo
en ignorados rincones,
en inalcanzables estanterías
o en almacenes inaccesibles...
Y si era un intonso..., buenooo!,
la felicidad completa...!
Un libro con las páginas sin cortar...!
Aún conservo algunos,
que jamás me he atrevido
a profanar su estado...
Deambular por las librerías...!
Merodear alrededor de los estantes,
empapando los sentidos de ese misterio
que está en peligro de extinción...!
(Archivo: cuevadelcoco).
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