Hoy te traigo una rosa, la postrera
belleza del jardin abandonado.
La última pasión que ha florecido,
ornato de un espacio desolado.
Recíbela en tus manos. Su perfume
se quedará prendido en tus cabellos.
y una tarde invernal, dulce consuelo
será cuando invadida por las sombras
busques algún atisbo de esperanza
más allá de las nubes. Y en tus sueños
descubras claras sendas soleadas.
Guarda sus tiernos pétalos. Un libro
podrá ser su refugio. Entre sus páginas
hallarán el descanso merecido.
(Archivo: cuevadelcoco).
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