Qué lejos aquel río de mi infancia...!
Las transparentes aguas y el murmullo
de su pequeño cauce. Sol y juegos...
Inconsciencia del paso de los días...
Las largas vacaciones y las tardes
plenas de viejos libros. Aventuras
vividas en lugares tan remotos
que sólo en los confines de los sueños
pudieran existir... Cada mañana
era un juguete nuevo, deslumbrante...
Había que tomarlo con las manos
antes de que su magia de tornara
en destellos de luz que la corriente
precipitó en el tiempo y la distancia...
(Archivo: cuevadelcoco
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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