El mundo de Edith Holden era inmensamente rico y variado...
Cada día del año, le ofrecía nuevas posibilidades de extasiarse
ante la contemplación de la naturaleza...
Que recogía en sus pinturas con la exquisita sensibilidad
y capacidad de percepción de las que estaba dotaba...
Su universo era el que se hallaba a su alcance..
Paciente y minuciosamente,
dando la misma importancia a una flor que a un ave,
pues para ella, todos los seres vivos
formaban parte por igual del milagro de la vida,
nos transmitió un legado único e inapreciable...
(Archivo: cuevadelcoco).
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