"Encuentros en la tercera fase".
Steven Spielberg.
1977.
No se había estrenado en España,
y ya hablábamos de ésta película...
La verdad es que el título era muy sugerente...
Y nos apasionó a todos...
antes de haberla visto...!
Cuando se estrenó en nuestro país, en 1978,
fue un verdadero acontecimiento,
esperado con auténtica ansiedad...
Y qué película!!!
A los pocos minutos, estábamos viviendo con intensidad
las dramáticas situaciones
en las que se vieron envueltos sus protagonistas...
La incredulidad, la incomprensión, la soledad y el abandono...
Y la lucha contra un gobierno que intenta ocultar la verdad...
Un barco, cuya desaparición sucedió años atrás,
aparece varado en medio de un desierto...
Lo mismo sucede con unos cazas,
que se dieron por desaparecidos en una misión de rutina...
Tanto el buque como los aviones,
se encuentran en perfecto estado...
pero nada se sabe de sus tripulantes...
Roy Neary (Richard Dreyfuss),
obsesionado por descubrir la procedencia
de unas extrañas luces,
comenzará a dar forma a una montaña,
de la que nada sabía...
Jillian Guiler (Melones Dillon),
luchará por impedir que las luces atraigan a su hijo hacia ellas,
y se sentirá impotente ante su desaparición...,
que será inevitable...
Jillian y Roy, unidos ante el inexplicable hecho,
comenzarán un viaje, no exento de contrariedades,
que los conducirá...hasta la Torre del Diablo!
El guión, también de Spielberg,
crece en intensidad... Desde este punto,
asistimos a un despliegue de maravillosas imágenes,
y a uno de los más creativos momentos de la fantasía científica,
desde el estreno de "2001. Odisea del Espacio".
Jillian y Roy.
El momento más tenso y espectacular...,
la Gran Nave...
En 1977 ya se hablaba de aviones que nunca retornaron a sus bases,
y de buques que jamás llegaron a su puerto de destino,
sin que, a pesar de los despliegues operativos
organizados para tratar de encontrarlos,
fuera posible hallar el menor rastro de ellos.
De pronto, se interrumpían las comunicaciones,
y era como si nunca hubieran existido...
Estaban...y ya no estaban...
El famoso Triángulo de las Bermudas,
y otros lugares igualmente "malditos",
fueron motivo de que se llenaran miles de páginas
con suposiciones más o menos fantásticas y peregrinas...
Pero la propuesta de Steven Spielberg
resultaba tan atractiva como innovadora...
En este enorme vehículo espacial,
regresaban "a casa" todos los pilotos y tripulantes
y muchos habitantes del planeta Tierra,
cuya búsqueda se diera, tristemente, por concluída...
También el hijo de Jillian,
quizá el más joven de los viajeros del espacio...
Y se produce un relevo:
Nuevos peregrinos estelares se incorporarán al viaje,
entre ellos Roy Neary...
La verdad es que todos sentimos cierta envidia oculta,
cuando el inmenso vehículo partió, con todos ellos a bordo...
Quizá porque se disponían a vivir y experimentar
algo que estaba mucho más allá de nuestra comprensión.
"Encuentros en la tercera fase"
abrió una nueva puerta a la imaginación humana,
además de un mensaje de esperanza:
"No estamos solos".
(Archivo: cuevadelcoco).