Carmelo Ramos Rebullida
en el huerto/jardin
donde tiene su estudio de pintor.
Hace ya algun tiempo de estas fotografías...
Fue una mañana en las proximidades del verano...
Sobre la pared cubierta de hiedra,
uno de los varios cuadros
que contemplé durante la visita...
La mayoría, grandes formatos...
Carmelo, constante buscador,
explorador insaciable del mundo,
de la vida, del transcurso del tiempo...,
jamás ha dejado de investigar...
Y su vía de expresión
se basa en mostrarnos,
no el mundo de la realidad cotidiana
tal como lo contemplamos o nos lo presentan...
El universo pictórico de Carmelo Ramos Rebullida,
es sólido, gozosamente atemporal,
universalmente válido,
porque se sustenta en sensaciones,
emociones y vivencias,
tan cercanas al espectador,
que es imposible no identificarse con ellas...
Nos evocan recuerdos olvidados,
nos sugieren instantes efímeros,
en un ir y venir y tornar de nuevo,
por el sendero vital de cada uno de nosotros...
La magia de su obra nos transporta en el tiempo...
Nuestra memoria suele ser caprichosa...
Y tiene sus veleidades...
La exposición de Carmelo en la Lonja de Zaragoza,
contiene una parte, que muestra obra anterior.
Y, en mayoría numérica,
su producción reciente...
Incansable investigador,
nos coloca ante su mundo de texturas,
de formas y calidades que rememoran
incluso lo más remoto y escondido
en los laberintos de la memoria,
que nos hablan en un código
perfectamente asequible,
porque en su pictórica narración
todos estamos incluídos, inmersos
y humanamente reflejados.
Enhorabuena, Carmelo, por este conjunto
que sigue denotando tu gran capacidad creativa,
tu inquebrantable inquietud
y tu íntimo e inagotable deseo
de seguir extrayendo, a fuerza de trabajo y constancia,
lo más selecto y entrañable de tu rico mundo interior.
El estudio-taller,
ese lugar donde todo artista,
se enfrenta en soledad con sus sueños
de permanente e interminable búsqueda...
(Archivo: cuevadelcoco
Imágenes: mirarlook/cuevadelcoco).
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